Los peligros escondidos de las falsificaciones

Por Steve K. Francis, National IPR Coordination Center
Be Safe Buy Real

Sobre el autor

 

Steve K. Francis es Director adjunto de la División de Investigaciones de Comercio internacional y Director del Centro de Coordinación Nacional de la Propiedad Intelectual en Arlington, Virginia, EE. UU. Se centra en la protección de la salud y la seguridad públicas, la seguridad nacional y la economía. Ayuda a mantener una red amplia de socios en el sector público y privado, que incluye a los principales fabricantes, marcas, empresas farmacéuticas y organizaciones de seguridad, como UL. Junto con estas organizaciones el Centro de Coordinación Nacional de la Propiedad Intelectual ayuda a mantener a las personas seguras combatiendo el fraude y las falsificaciones.

 

Los peligros escondidos de las falsificaciones: conoce a quién le compras

 

Las falsificaciones y la piratería digital suponen peligros de gran alcance para la sociedad. El mensaje más importante que deben entender los consumidores es que los falsificadores son criminales y su objetivo es hacer la mayor cantidad de dinero posible, sin importar el daño que causan a los demás. Además, por el hecho de comprar falsificaciones –aunque puedan parecer inofensivas para el consumidor– se daña a la economía local y mundial, se pone en peligro la salud de las personas y se generan beneficios para el crimen organizado e incluso el terrorismo.

 

En la sociedad actual, los consumidores están cada vez más interesados en saber más sobre el origen de sus compras. ¡Esto es perfecto! ¿Los fabricantes producen de forma sostenible? ¿Tratan a los empleados de forma justa? ¿Apoyan causas importantes u organizaciones benéficas? ¿Evitan la crueldad animal? Cuando hablamos de falsificaciones, todos deberíamos plantearnos también estas preguntas, porque los falsificadores seguro que no juegan según las reglas de la sociedad civil. A menudo explotan a sus trabajadores y acuden al trabajo infantil o esclavo, y toman atajos en la producción que pueden poner en peligro la salud de las personas.

 

Los falsificadores y la COVID-19

 

Obviamente, una crisis sanitaria como la actual pandemia ha desplegado mucha inseguridad y ha hecho que la gente mayoritariamente se quede en casa. Los falsificadores no han dudado ni un momento en aprovechar esta situación y, por ejemplo, hemos visto como se disparaba la incidencia del fraude online.

 

Recientemente, por ejemplo, se cerró una organización en Pennsylvania por un fraude relacionado con la COVID-19, que proporcionaba millones de dólares de financiación a ISIS. La organización no enviaba ningún producto, sino que hacía creer a los consumidores que los compraban. De hecho, los consumidores eran víctimas de una estafa financiera.

 

Otro ejemplo está en la web oscura (dark web), donde hay gente que vende sitios web como «coronaprevention.org», que pueden ser atractivos para los falsificadores, como oportunidad para estafar a mucha gente. En la Oficina de Investigaciones de Seguridad Interior nos infiltramos y compramos el sitio web para obtener la información que necesitábamos para atrapar a los criminales que trabajaban en segundo plano. Solo en los EE. UU., se han descubierto más de 1000 sitios web de este tipo por día durante la pandemia, debido a las sospechas de fraude relacionado con la COVID-19. Esto significa más de 68 000 sitios web cerrados desde octubre de 2020.

 

En el Centro de Coordinación Nacional de la Propiedad Intelectual, también hemos anticipado que habrá un gran aumento de productos falsificados en las fronteras internacionales. Con una rapidez grandiosa, los falsificadores de más de 40 países fueron capaces de centrar su producción en EPI de baja calidad y productos farmacéuticos falsificados, como hidroxicloroquina y otros medicamentos que habían captado la atención de los medios como posibles tratamientos contra la COVID-19. Las fuerzas de seguridad y las organizaciones que luchan contra las falsificaciones en todo el mundo se unieron para ayudar a combatir esta situación y aún trabajan duro para evitar a diario la falsificación de EPI, desinfectantes y medicamentos.

 

«La piratería digital es la amenaza con un crecimiento más rápido dentro del mundo de los delitos contra la propiedad intelectual».

 

Piratería digital

 

Mientras que el daño que producen los medicamentos o las EPI falsificados puede resultar obvio, muchos consumidores aún se preguntan qué daño hace ver ilegalmente una película de Hollywood por Internet o descargase un videojuego pirateado.

 

La piratería digital es el robo y distribución de contenido digital, como ver películas online en sitios no oficiales y descargar contenidos, programas o videojuegos pirateados. Uno de los principales problemas con la piratería digital consiste en el hecho de que es una actividad ilegal. Como modelos de conducta de nuestros amigos y familiares, es importante que no normalicemos las actividades ilegales.

 

Sin embargo, no se trata solamente de una cuestión ética. El hecho de usar contenido pirateado es una actividad de riesgo. El 44 % de los usuarios de streaming y contenidos digitales ilegales acaba teniendo problemas de programas malignos. Las organizaciones criminales que ofrecen los servicios de streaming no intentan hacer que los demás ahorren dinero. Infectan ordenadores y dispositivos con el objetivo de minar los datos personales de los usuarios y su información financiera. Esto, a su vez, puede conllevar retiradas de dinero no autorizadas en las cuentas bancarias, fraudes de tarjeta de crédito y robo de identidad. Hace poco, unos delincuentes utilizaron números de seguro social robados para pedir ayudas COVID-19, lo que creaba retrasos a las personas que necesitaban de verdad la ayuda financiera.

 

Algunos proveedores de streaming ilegales ofrecen acceso ilimitado a contenido digital pirateado a cambio de una cuota mensual. Cuando una persona se da de alta, está proporcionando voluntariamente su información financiera y sus fondos a una organización criminal, lo cual no es nada inteligente. Estas organizaciones venden esta información en la web oscura, o la guardan durante un tiempo para que en el futuro puedan explotar los números de identificación personal o la información financiera de los usuarios.

 

Qué puedes hacer

 

En lo que respecta a la lucha contra las falsificaciones con nuestros jóvenes, la educación es igual de importante, incluso más, que imponer el cumplimiento de la ley. Disponemos de varios programas de alcance para educar al público sobre cómo la piratería y las falsificaciones dañan tanto a la sociedad como a los creadores de los productos que tanto nos gustan y tanto disfrutamos.

 

Por ello, debo insistir en nuestro deber personal como modelos de conducta. Los consumidores están empezando a entender los peligros de los productos falsificados: vemos vídeos de productos electrónicos que se incendian y muchos de nosotros conocemos a alguien que ha sido engañado con productos EPI de mala calidad. Cada uno de nosotros debemos posicionarnos como modelo de conducta para los compañeros de trabajo, amigos y familiares de una forma muy seria, especialmente en lo que respecta a los niños y jóvenes. Cuanto más conscientes seamos como consumidores y más aprendamos a evitar las falsificaciones, más seguro y más justo será nuestro mundo.

 

Además de ser prudentes con lo que hacemos en Internet, por norma siempre es importante inspeccionar los productos antes de comprarlos. ¿El envase estaba manipulado? ¿Las etiquetas se ven descoloridas? ¿El texto está lleno de errores ortográficos? Si has comprado los productos en línea, debes inspeccionarlos bien físicamente cuando los recibas.

 

Si sospechas que puedes haber comprado una falsificación, es muy importante que te pongas en contacto con la plataforma de venta donde lo has comprado, porque como consumidor no debes asumir la carga que supone resolver el problema. Al contactar con el proveedor online y pedirle una sustitución o un reembolso, estás ayudando a asegurar que la plataforma de venta online responsabilice a los vendedores individuales.

 

Aquí puedes obtener más información sobre mi trabajo en el Centro de Coordinación Nacional de la Propiedad Intelectual y lo que hacemos para luchar contra las falsificaciones y educar a los consumidores. Gracias por ayudarnos a luchar contra las falsificaciones.

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